¿Quién teme a la moda abstracta? / La prenda como elemento artístico y conceptual

Como persona adicta a mi móvil que soy, empleo gran parte de mi tiempo en Instagram. A menudo me encuentro absorto en los Reels que me aparecen, muchos de ellos relacionados con mis intereses, como la moda.  Al leer los comentarios de creadores de contenido dedicados a este tema, destaca la gran cantidad de mensajes de odio que reciben por llevar atuendos que se salen de la norma, atuendos que son más experimentales de lo común.

Este tema me causa curiosidad y empatía, ya que yo también he recibido críticas, miradas, e incluso fotografías sin mi consentimiento por vestirme distinto a los demás. Así pues, me gustaría analizar la moda y por qué la moda experimental llega a causar tanto rechazo entre ciertos tipos de personas online. 


En primer lugar, hay que destacar la distinción entre la ropa y la moda. Esta se encuentra enteramente en la intención con la que se llevan y crean las prendas. Por ejemplo, cuando sales a la calle en chándal y zapatillas para ir a comprar el pan, tu intención es práctica: quieres llevar algo decente al súper y no pensar mucho en ello. Sin embargo, para que algo se pueda considerar moda, tiene que existir una intención que vaya más allá de la mera necesidad de cubrirse el cuerpo. 

Un caso es el de las personas que pertenecen a una tribu urbana o subcultura y buscan hacerlo saber mediante su elección de prendas. Cuando alguien lleva una camiseta de The Clash y vaqueros rotos con parches, está eligiendo representar “lo punk." Su intención es identificarse como miembro de un grupo social.



Así pues, la intención es lo que hace que la ropa pase a ser moda: dejan de ser prendas individuales y se convierten en prendas unidas bajo un contexto social e histórico pre-existente.


Vamos a plantear otro caso. Imaginate que te van a contratar en un trabajo de oficina y tu jefe insiste en que lleves traje desde el primer día. Esto es porque el traje se relaciona con ideas como la formalidad, la educación y la estabilidad económica.

Por otro lado, un traje hecho para verse demasiado grande a propósito subvierte esas expectativas: ya no es una prenda atada al contexto formal de un trabajo de oficina, sino un atuendo mucho más casual que se puede usar en otras situaciones.



Comparación entre un traje oversize frente a uno normal. La manera en la que se estilizan y combinan las prendas también cambia el significado del atuendo.

Con este ejemplo quiero dejar claro que el proceso de creación de las prendas es de gran importancia: aquí nace la intención. Un diseñador tiene que tener en cuenta el público al que se dirige y cual es el contexto social en el que quiere que se utilicen estas prendas.

Pero, ¿qué ocurre cuando tus prendas no están pensadas para ningún contexto fuera de la pasarela?


En 1966, Paco Rabanne mostró en su colección Manifesto 12 vestidos imposibles de llevar fabricados con materiales contemporáneos.” Tal como indica el nombre, estos vestidos de PVC, metal, etc. no estaban pensados para existir como prendas de uso diario, sino como piezas conceptuales hechas con el propósito de ser mostradas en una pasarela, como cuadros en un museo. Al igual que otros de sus coetáneos como Cardin o Courregés, Rabanne estaba más interesado en explorar los materiales a su alcance que en la practicidad de sus diseños. 




Es aquí donde considero que la moda se divide en dos corrientes. Por un lado tenemos la moda más accesible al público general, que llamaré “moda de calle” tanto por simplificar el concepto como porque a menudo esta tiene sus origenes entre personas de clase baja o que pertenecen a un grupo marginal. Por otro lado, la “moda abstracta” es aquella cuyo objetivo es principalmente artístico, y nace a partir de la necesidad de los diseñadores de transmitir un mensaje o experimentar aplicando sus conocimientos técnicos. Las prendas de este tipo son complejas e incluso imposibles de llevar en algunos casos, como los 12 vestidos de Rabanne. Así pues, la prenda pasa a ser un medio, al igual que un lienzo, sobre la cual el diseñador de moda imprime su visión, y la contiene dentro de la pasarela.


La alta costura fluctua entre estas dos corrientes de la moda, ya que se fusionan e impulsan mutuamente: la moda abstracta lleva a una evolución de la moda de calle y la moda de calle influye a la moda abstracta.


Y sin embargo, a ojos de ciertas personas en internet, la moda abstracta, la que no se puede llevar o que no resulta práctica de llevar, a menudo es causa de burla debido a su exceso, a su inutilidad, a su “pretensión”. Y yo me pregunto, ¿qué pretensión hay en querer explorar los límites de los textiles?¿Qué hay de inútil en buscar la belleza por encima de la practicidad?

            

¿Por qué odias aquello que no entiendes?


Aquí os dejo una conclusión a la que he llegado. Como pasa con todo, lo extraño asusta y provoca rechazo entre quienes no quieren entenderlo. Sin embargo, con la moda, es más personal que eso.

Cuando alguien elige llevar una prenda, está tomando la decisión consciente de unirla con su cuerpo, de convertirla en parte de quién es, temporalmente. Así pues, cuando alguien dice "¿Por qué elegirías llevar eso?", cuando expresa rechazo ante la moda abstracta, el mensaje implícito es "¿Por qué elegirías ser raro?"


Podría continuar hablando sobre la moda, las convenciones sociales y lo Raro, pero creo que esta entrada del blog se acabaría convirtiendo en todo un libro. En resumen, la moda va mucho más allá de la ropa que llevamos: es una manera más de expresarnos como personas, y esto no debe ser limitado por la crítica o la burla de personas que rechazan la abnormalidad por miedo a ser rechazados.




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